Hoy jueves cultural en la Católica, vía mail acordamos con la gente del humilde equipo de futsal Cumplidores F.C. un encuentro de fulbito para sentirnos menos ociosos y más deportistas. Como era de suponer un jueves al mediodía, canchas repletas de gente que llegó temprano e una inundación de cachimbos fue lo que vimos Así que luego de deliverar por un momento sobre lo que haríamos, decidimos irnos, sin haber sudado una gota, a otras canchas, esta vez etílicas.
No suelo decir no a una chela, pero aún desalentado por no haber peloteado, decidí emprender la retirada. Antes de salir, fui a la biblioteca a sacar el libro que Christian y yo no pudimos sacar ayer, antes de irnos a tomar un par de cervezas, porque no recordabamos el título. El libro se encontraba prestado. Más cabizbajo que antes me dirigí a la salida pensando en que tal vez esas cervezas, amarga salida, con Cumplidores F.C., no estarían mal.
Sin embargo, saliendo de la biblioteca me encontré con mi amiga Claudia. Luego que no la viera tres meses por motivo de viaje, apenas habíamos conversado en una ocasión la semana anterior y un par de veces vía messenger. Así que, la frustrada pichanga y el libro no habido hicieron que me topara con ella nuevamente y pudiéramos conversar un poco y ponernos al día de nuestras vidas. Después, aún con mi ropa deportiva, y con Fabiola y Sara que nos alcanzaron, y con la prima de Sara (que no recuerdo su nombre, sorry, pero me cayó muy bien) fuimos a almorzar, lo que sirvió también para saber de la vida de ellas, a quienes tampoco veía hace un tiempo.
Por la tarde, mientras leía mi periódico, me llamó Alvarito, un pata de mi antiguo barrio, para invitarme a jugar fulbito mañana por la mañana con sus amigos de la universidad.
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